miércoles, 5 de agosto de 2009

CUANDO LA ALIMENTACIÓN EMPIEZA A CAMBIAR

Cuarto mes:
El bebé debe recargarse de alimento por lo menos cada cuatro horas durante el día (unas cinco comidas), aun cuando por la noche no se despierte para comer.
La leche materna se acomoda automáticamente a sus necesidades. La leche, baja en grasa y calorías, que sale al comenzar, estimula al bebé para que chupe; mientras que sale al final de la comida, calma el apetito. Por eso, los niños criados al pecho tienen menos probabilidades de engordar demasiado.

Quinto mes:
Empieza la etapa de los sólidos y al comienzo el niño no va a comer. Los primeros meses de alimentación sólida la cantidad de alimento consumido no es muy importante siempre que se continúe dando el pecho o un biberón.
Antes de ofrecerle sólidos, lo primero que debe hacer es abrirle el apetito al niño, pero no debe llenarlo. Un buen aperitivo es una pequeña cantidad de fórmula o leche materna. Luego, ponga una porción diminuta entre los labios del bebé y déle tiempo de reaccionar. Si lo acepta, probablemente abrirá más la boca para el siguiente bocado. Un niño que esté listo para consumir alimentos sólidos pronto empezará a comer más de lo que escupe.

Sexto mes:
Puede darle al bebé algunos alimentos comerciales que no tengan sal ni sustancias químicas. La mayoría vienen listos para servir, en recipientes de porciones calculadas para el bebé.
También las frutas y vegetales envasadas poco después de cosechadas, porque retienen una buena proporción de sus nutrientes. Estos alimentos son uniformes en textura y sabor y son inocuos e higiénicos.
Evite ingredientes como azúcar o miel de maíz, sal fécula modificada, grasa y colorantes artificiales o preservativos.

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